Es una práctica en la cual nos conectamos con nuestra mente y nuestra intuición para percibir y experimentar lugares, personas o eventos distantes sin estar físicamente presentes. A través de la visualización remota, podemos enfocar nuestra atención en un objetivo específico y crear una imagen mental vívida y detallada de lo que deseamos ver o experimentar.
Esta práctica se basa en la “ley del mentalismo” y la radiestesia, donde nuestra mente actúa como un receptor de frecuencias y radiaciones de los objetos. Nuestra mente tiene la capacidad de influir en la realidad y manifestar nuestras intenciones en el plano físico. Al utilizar la visualización remota, podemos explorar el poder de nuestra mente y aprovechar su potencial para la sanación, la transformación personal y la expansión de la conciencia. Es una herramienta poderosa para explorar y conectar con el mundo espiritual, y puede ser utilizada para ampliar nuestra percepción, cultivar la intuición y fortalecer nuestra conexión con el universo.
En el campo de la parapsicología, la visualización remota se ha explorado a través de experimentos donde los participantes intentan describir o "ver" objetos o lugares ocultos sin acceso visual directo. Algunos ejemplos de la Visualización remota son:
La visualización remota es una práctica personal y cada persona experimentará sensaciones y resultados diferentes. Es una habilidad innata del ser humano que requiere ser practicada con regularidad en estados meditativos, de relajación y concentración.